Julio Luccini a los 55 años: “Cada caño que tiraba me rejuvenecía” “Empecé a darme lástima….”

A los 39 años dejé de jugar al fútbol oficial. O por lo menos, en un equipo de la Liga Salteña de Fútbol. Siempre en Ferro Carril, aunque de última, fueron dos o tres partidos en Arsenal. El técnico no era otro que el “Pico” Sanguinetti, que es un amigo además. Me dijo: “No dejes el fútbol, dame una mano en Arsenal, pero jugando”. Voy a Arsenal y resulta que lo echan, se va. Le dije: “En qué lío me metiste?. Entonces yo también me voy”.

Después fui a la Liga Senior: en Ferro, en Ipiranga que era el equipo de El Revoltijo y Salto Grande. Después en la Liga Super Senior. El año pasado me pasó algo: empecé a darme lástima. Pero además, sentí que mis compañeros de equipos sentían la misma lástima hacia mí. Entonces digo: no entro más a una cancha a jugar. Y no entraré más. Pero además, con mis 105 kilos a cuestas, la complicación para desplazarme. Cada caño que yo tiraba me rejuvenecía. Y me di cuenta que esos caños que tiraba ya no eran posible. Que me costaban cada vez más. Entonces, qué pasa cuando uno quiere jugar y el físico no responde?. Jugábamos en cancha de Peñarol y perdimos, cuando terminó el partido saco las dos redes del arco y los cuatro banderines. Se los di al “Coco” Rundie que era Director Técnico de Ferro Carril y le dije: “Esta es mi última contribución al fútbol. Hasta aquí llegué”. El “Coco” se quedó callado. Solo miró en silencio…”.

JULIO NESTOR LUCCINI. El personaje. Aquel futbolista. El de tantos años. El de sus cinco años en Montevideo, cuando despuntó la década de los 70. El que integró una delantera de Peñarol en la Copa Libertadores de América liderada por Fernando Morena. El “Lucho”.

El de la mañana de ayer en EL PUEBLO. El mismo que admite a los 55 años, que “ya no puedo ni quiero jugar más, porque hay una realidad que uno no puede desconocer. Fui feliz jugando. Cómo podría decir lo contrario?”.

El 17 de marzo de 1954… ese día del nacimiento. Pero el 17 de abril de 1999, no fue un día más. La operación inevitable, tras descubrírsele un tumor en la cabeza. “Yo festejo dos cumpleaños. Ese día también volví a nacer”. Julio Luccini…. mientras la vida va…

-ELEAZAR JOSE SILVA-

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El Prof. De León en un hogar de anciano.

“Le di un abrazo… como

estar ante una leyenda”

“La semana pasada estuve en Montevideo. De las vueltas que me propuse, fue ir a saludar a una persona que vive en un Hogar de Ancianos. Cuando llego, noto que una de las cuidadoras le trasmite a un señor de edad avanzada: “Tiene que comer Don Ricardo, alégrese, que ahora ya vuelve el fútbol”. Esa misma cuidadora me dice: “No lo conoces a él?. Lo tenés que conocer!. Es el Profesor José Ricardo De León”.

Me acerco, le digo quien soy, me presento, pero le apuntó de primera que fui un gran admirador de su trabajo cuando fue el Director Técnico del Defensor Campeón Uruguayo de 1976. El primer equipo menor en serlo. Le hablé de ese Defensor, de lo que había representado para el fútbol uruguayo y sobre todo, de la forma en que se había incorporado a la memoria de mucha gente. Me miraba con una sonrisa. Ya hablando muy poco y con muchas dificultades para alimentarse. A tal punto que debe ser ayudado. Su brazo extendido no le llega a la boca. Me sorprendió verlo así.

Me conmovió. No puedo decir otra cosa. Le di un abrazo… era como estar frente a una leyenda. Cuando ve este tipo de situación, no menos que el sacudón se plantea. Me fui pensando en la grandeza que se hombre adquirió en aquellos tiempos y sin embargo, ahora allí, en un hogar de ancianos. Lejos de una cancha de fútbol, lejos de la cancha y con sus dificultades a cuestas. Al fin de cuentas, el dolor, es parte misma de lo humano, no?”.

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Ni los indiferentes ni los egoístas.

“El cariño hacia el otro

es la razón para vivir”

La operación que se le practicara a Julio Luccini, cuando debió extraérsele un tumor de la cabeza. Un día que el “Lucho” no olvida. Pero también ese antes. Pero también los días previos…” Sobre todo porque ahí, es cuando uno siente el respaldo de la familia, de los amigos. Yo estaba seguro que a ese partido lo iba a ganar, porque además Dios estaría conmigo. A Montevideo, de ida y vuelta. Tenía esa certeza. De todas maneras, reconocía que era un partido difícil y a puertas cerradas, sin público, sin hinchas. Claro que hubo riesgo de vida!. Era una operación delicada, muy delicada, pero fui con fe. Fui justamente, con las ganas de vivir más que nunca. Por eso, a partir de entonces festejo dos cumpleaños: el del 17 de marzo de 54 y el 17 de abril, recordando lo que pasó en 1999. Siempre dije y repito ahora, que quiero vivir hasta que pueda seguir demostrando afecto. Qué sentido tiene la vida, si uno no tiene capacidad de afecto?. El cariño hacia el otro, es la razón para vivir. A quién quiero por sobre todo?… a mi hija, a mi señora Teresita. Quiénes no me gustan?….los indiferentes, los egoístas, los que maltratan, los que no se conmueven por la desgracia ajena… la verdad, que esos, no me gustan”.

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Julio Luccini. El fútbol y la vida. El cultivo a la amistad. Y los encuentros que no se olvidan, en este caso con Mario Patrón e Ignacio “Nacho” Prieto. El primero fue DT y el segundo, futbolista en el Nacional de Cubilla, Prieto, Artime, Maneiro y Morales… El fútbol en ese entonces, andaba de fiesta en fiesta!. Inolvidablemente….

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Los jóvenes en el interior salteño

“Han dejado la tradición

y aprenden la dignidad”

“Por mi trabajo, voy seguido al interior del departamento. La última vez se dio un caso concreto. Llegamos sobre el mediodía y para ser atendidos en determinado lugar, debimos esperar hasta las 4 de la tarde.

La razón fue una: ellos ahora tienen horarios. Antes trabajaban de sol a sol. Cambió la cosa. Han aprendido la dignidad.

En el caso de los jóvenes, lo más sorprendente también, es que han dejado la tradición y aferran su ilusión a la propuesta del Frente Amplio. No lo digo yo, lo trasmiten ellos. Pero además, se manifiestan abiertamente. No ocultan la simpatía, la predilección, pero también la conformidad con determinados logros.

Por ejemplo a nivel de viviendas o de la propia caminería interna. Se notan los mejoramientos sensibles.

No dejan de reconocer que algunas o muchas dificultades persisten, pero coinciden en que un camino en política, ahora está planteado y es diferente. Diferente para bien”.

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Unanue, Sergio Blanco, Uruguay Píriz…

“Los mejores amigos, en los barrios de

Montevideo”

“Fueron cinco años en Montevideo, que realmente no olvido. Valieron la pena vivirlo y también disfrutarlos. Mucho se habla a veces, de la manera de ser del montevideano. En mi caso, puedo decirlo sin problemas que los mejores amigos en aquel tiempo y que se fueron prolongando en la vida, tienen que ver con los barrios de Montevideo. Ellos viven ahí y siguen estando. Algunos se fueron al exterior. Otros fallecieron. Pero el afecto, o aquellos afectos, siempre están.

Quiénes fueron?… y entre otros, Lorenzo Unanue, Hugo Silva, Sergio Blanco, Julio González, Uruguay Píriz, Norberto Galilea. En Salto, claro que el fútbol me dio amigos. Por ejemplo, el “Corcho” Roux, el “Pico” Sanguinetti, el profesor José Luis Masci, Carlitos Rodríguez Carvalho. De la selección no solo que supe ser jugador, sino también hincha. Cuando puedo voy a verla y me entusiasma cuando juega bien. Grito los goles como antes. Solo una vez no quise ir… fue cuando Enrique Da Cunha era el técnico. Cada tanto “Pirulo” no menos que me lo recuerda!….

Claro, que a uno le gustaban los litorales de antes, porque además al combinado íbamos todos, entonces el potencial era capaz de sostenerse para la búsqueda del mejor resultado. Cómo puede ser ahora, que de una serie de tres, clasifiquen dos?. Está claro además, que este tipo de torneo dejó de importar como antes importaba. Duele que así sea”.

Fecha: 01/02/10

Fuente: Diario El Pueblo

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