Se cumplieron tres años de la hazaña en San José (OFI 2011)

El 31 de julio de 2011 quedará por siempre grabado en la historia del fútbol mundial.

Un equipo con 10 jugadores logró sobreponerse a un 5 a 0 en 8 minutos, en su camino al título de mejor del interior.

El partido de ida fue 1 a 0 a favor de Ferro Carril.

Era una tarde helada, el trámite fue más que adverso y el marcador nos encontró 3 a 0 al finalizar la primera mitad (goles en los minutos 23, 39 y 45), ya con 10 jugadores.

El segundo tiempo sólo fue empeorando hasta el 5 a 0 en el minuto 72 (goles en los minutos 48 y 72).

Yo estaba ahí. Yo viví el 5 a 0. Yo sentí erizarme la piel por tanto desconcierto...

Nunca antes había visto a mi franja del alma así....

Pero el Ferro Carril de los milagros tenía reservada la hazaña más increíble de los últimos años.

En el minuto 86 llegaba el gol de cabeza de Nicolás Ferreira. Era el gol de la honra, eso decían...  El arquero ni siquiera se estiró demasiado para impedir el gol.

Dos minutos más tarde definía en el área Sebastián Silveira y en el rebote tras dos intentos convertía Fabricio Lairihoy, ante la mirada pasiva de la defensa. No era necesario el esfuerzo, eso querían pensar...

Movió central, la recuperamos y Matías Suárez encaró por derecha en diagonal al arco y sacó el latigazo de sobre-pique. La pelota viajó al fondo del arco y el Casto Martínez Laguarda quedó mudo de un lado y estalló del otro. Corría el minuto 89.

Confieso que recién ahí tomé conciencia de que un gol más nos ponía en la final.

El juez otorgó 5 de descuento y el sueño era tangible, todo el estadio de pie.

Seguimos atacando y Sebastián Silveira tuvo una chance pero no pudo concretar. Pero tuvimos otra.

En pase medido a Carlos Vera, el mago tuvo la claridad mental de enganchar dentro del área en lugar de rematar apurado y el defensa se comió el amague y lo derribó. Carlos tomó la pelota y el estadio estaba mudo. Nadie podía creer lo que pasaba.

El remate tuvo destino de gol y la locura cambió de bando, el local afuera, la franja a la final, para ser campeón.

Yo estaba ahí. Yo viví el 5 a 4. Yo sentí erizarme la piel por tanto desconcierto...

Nunca antes había visto a mi franja del alma así...

A continuación les dejamos las imágenes de aquella hazaña: